domingo, 26 de junio de 2011

de Niño Dios (el original sin edición)

He besado los revoltosos labios del eterno
me ama, me toca y desea; le juzgo, me quema.
me subyuga el pensamiento entrelazado con músculo sediento
cansado de luchar con la humanidad.
se entrega a mis piernas como niño casto, temeroso, muestra el débil sexo
se enreda salivado, el deseo le perturba
se quema y queja, revuelca, se eleva, eyacula vuelve en deseo
Dios desea la carne
se toca y moja los labios
ah! de placer oscuro a privado a los fieles.

(si bien a sido casi idéntico prefiero que quede así)

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