Me alegras las costillas recelosas
plena sin amarguras mi rostro.
y me avanzas los dedos cortos
Blanquecinas tus manos rociadas de la ternura imberbe
Indolente, Insufrible te llamo encanto!
Y no juzgo, me hago al lado guardando silencio
en silencio me habitas el corazón completo
Prefiero tu dulzura impávida
la distancia de los axiomas
por amor contiguo
y heme aquí susurrando a los pájaros sus raíces...
te condecoro el cielo absuelto del pecado!
resuelto, besado y en caída estrepita te presentas!
enorme
te voy temiendo te dejo y remarco el rostro
y me habitan tus pasos y me redundas el alma
ah! clamo contigo encuentros
vágame las laderas culposas, retorna al desvelo pardo
pertenezco al solo encuentrome contigo y canto!
ya herida guardome en la tierra por tu martirio...
(he menguado cariño y he marcado mi rostro y asi se me va el cabello y las risas...)
Sabroso como te decía por feisbuk, pero quizás estoy muy acostumbrado al narrador omnisciente hahaha.
ResponderEliminarDescorrespondencia? duele ser negado, rechazado o apartado, el corazón se encoge temeroso. Siempre buscaremos el tan llamado amor, pero es difícil volver a abrir la chaqueta pellejuda que cargamos cuando el forro interior se decora con cortes sangrantes.
Aun así no es terminal, podremos coser nuestras heridas y buscar la felicidad, podemos encontrarla aunque en la instancia el paisaje sea de larga noche entre rascacielos, porque más allá de las arterias citadinas encontraremos la cabaña de la calidez anhelada.