El muchacho
me observa
creyendo que del otro lado el dardo del rostro no recaería sobre el
le mire cruzando las piernas
entretejiendo su perfume
aroma clandestino, indecente y casi violento
hacías el loco y volteabas imaginandome cerca
te colaste como veneno,avivando la sangre antes de la caída de bruces y el crujir de la carne antes de la muerte
me desmientia entre el vértigo del amorío impuro
y así deslucido bebes un trago, la misma hiel del deseo, amargo, calando el vacio que traias de aventuras pasadas
y te vas, lleno de vapores, miserable
añorando el momento oportuno
para luego ignorar
muchacho
y asi sin mas regresas perpetuo a tus amarguras
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